VENUS | Terror y mafia en la cinta de Alex de la Iglesia con Ester Expósito

 

Dirigida por Jaume Balagueró (Rec), Venus llegó a los cines el 22 de diciembre de 2022, tras su puesta de largo en el Toronto International Film Festival (TIFF) y en el 55 Festival de Sitges. La cinta Venus combina diferentes géneros cinematográficos, en palabras del propio director, incorporando “terror, sangre, aberraciones y personajes terriblemente malvados”. La trama se inspira en un relato de H.P. Lovecraft, Los sueños en la casa de la bruja, situando la historia en la periferia de Madrid (Villaverde Sur) y adaptándola a tiempos contemporáneos.


La historia sigue a Lucía (Ester Expósito), una gogó de discoteca que ha robado un cargamento de pastillas a unos mafiosos que la persiguen. Durante su huida, Lucía busca refugio en casa de su hermana Rocío (Ángela Cremonte), quien vive con su hija Alba (Inés Fernández) en el edificio Venus, en Villaverde. Tras una noche marcada por reproches y discusiones entre las hermanas, Lucía amanece sola con su sobrina, sin conocer el motivo de la partida de Rocío.

Durante su estancia en la casa, Lucía comienza a experimentar extrañas pesadillas y a cuestionar la seguridad del lugar. Su sobrina le indica que en la casa de arriba no vive nadie, aunque asegura que ocasionalmente aparece una mujer que le deja regalos. La trama que enfrenta a Lucía con los mafiosos y los sucesos sobrenaturales del edificio Venus se entrelazan, dando como resultado una obra de terror moderno, con predominio de la intriga y elementos de temática gore.

UN REPARTO QUE APORTA SOLIDEZ A LA PELÍCULA
Ester Expósito comparte protagonismo con otros destacados intérpretes nacionales como Magüi Mira (Un mundo normal, El rey del mambo), Federico Aguado (Mar de plástico) y Fernando Valdivieso (nominado al Goya al mejor actor revelación por No matarás), quienes dan vida a personajes clave de la historia, incluyendo a la hermana y la sobrina de Lucía. La caracterización de los gánsteres como “gente del barrio” y la interacción con los vecinos del edificio Venus aportan realismo y credibilidad a la narrativa.

La interpretación de Ester Expósito destaca por su capacidad para transmitir emociones y tensión, incluso con un personaje de perfil limitado. La actriz logra reflejar el sufrimiento y la vulnerabilidad de Lucía en los momentos clave de la trama, aportando profundidad al relato sin depender exclusivamente de su atractivo físico.

TERROR Y MAFIA EN UN BARRIO DEL SUR DE MADRID
También destaca el factor de darle un toque urbano y underground a la película, con elementos que refuerzan su identidad madrileña. El grupo de maleantes de Villaverde, la aparición de la discoteca Fabrik como lugar de trabajo de Lucía, los churros con chocolate que disfruta el jefe de los villanos, entre otros detalles, aportan una personalidad más nacional a la cinta, especialmente madrileña, centrada en la periferia y las ciudades del sur de la comunidad.

Los personajes, en general, son poco profundos y cada uno tiene un lugar y una función en el argumento del filme. Caen en los clichés disfrazados de un producto nacional de este tipo de películas. Los miembros de la banda de narcotraficantes son típicos gánsteres disfrazados de canis de Madrid sur. El jefe es un líder de una banda criminal con una personalidad arquetípica y su segundo al mando recuerda a habilidosos criminales de renombre de este tipo de cintas, como el de Bardem en No es país para viejos. Incluso la protagonista, el personaje de Ester Expósito, tiene un arco argumental bastante simple, aunque cumple.

No es un filme propiamente dicho de terror, pero tampoco exactamente perteneciente al género de gánsteres. Le da los tiempos necesarios a cada aspecto, sin restarle importancia a alguno en detrimento del otro, pero sorprende cómo correlaciona dos géneros que, en principio, tan poco tienen que ver.

Sin desvelar nada de su argumento, cabe destacar que el tercer acto de la película es el más espléndido y redondo. Una serie de secuencias muy climáticas, con especial mención al montaje paralelo mientras suena una versión de Pena Penita, la canción de Lola Flores. La maestría como director de Jaume Balagueró se apodera de esta parte de la cinta, al igual que la dirección de fotografía, con planos muy cuidados.

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